Varsovia, como taller, busca aportar a la conformación de un sistema agroalimentario sostenible, enfocándose ambientalmente en tres aspectos:
Tenemos relación con pescadores artesanales del pacífico colombiano, en Tumaco y el Charco, en el departamento de Nariño.
La pesca artesanal es mucho más que una forma de vida; es un vínculo inquebrantable entre el hombre y el mar. En cada jornada, los pescadores artesanales zarpan con la esperanza en sus redes y la experiencia de sus ancestros. Con técnicas transmitidas de generación en generación, capturan con destreza y respeto por el ecosistema marino.
La ganadería regenerativa es un compromiso profundo con la naturaleza y un respeto por sus ciclos. En estos sistemas, los pastizales son tratados como ecosistemas vivos y dinámicos. Los rebaños se mueven siguiendo patrones naturales, fertilizando la tierra y restaurando su vitalidad. Este enfoque no solo proporciona carne y productos lácteos de alta calidad, sino que también regenera suelos, captura carbono y preserva la biodiversidad.
En las exuberantes tierras colombianas, florece un tesoro gastronómico: nuestro café y cacao especial. Cuidadosamente cultivados en altitudes ideales y climas perfectos, nuestros granos son más que productos; son pasión, tradición y calidad. Cada taza de café y cada trozo de chocolate cuentan una historia de dedicación y maestría.
Este pan, horneado con amor y pasión por una panadera empírica, es una verdadera obra maestra. Cada mordisco revela la dedicación y el conocimiento que han sido transmitidos de generación en generación. Su aroma embriagador, reminiscente de campos de trigo bañados por el sol, te envuelve al instante. La corteza, crujiente y dorada, encierra un interior esponjoso y lleno de vida, con una textura perfectamente alveolada. Cada rebanada es un testimonio de la magia de la masa madre, un regalo de la naturaleza que ha fermentado pacientemente durante horas, otorgando al pan su sabor profundo y complejo.
nuestro pollo campesino, criado con el cuidado y el respeto que merece. Libre de hormonas y productos químicos, cada bocado es una experiencia auténtica y natural. Nutrido con alimentos de la tierra y el cielo, este pollo representa la esencia de una crianza tradicional, donde la calidad y el bienestar son prioridad. Cada plato ofrece un sabor genuino, una conexión con la tierra y una tranquilidad al saber que estás disfrutando de algo más que una simple comida: estás saboreando el resultado del amor y el trabajo duro de los verdaderos guardianes de nuestra tierra.
En las tierras de Guatavita, la producción lechera es un arte de comunidad y asociatividad Aquí, en medio de paisajes montañosos y prados verdes, nuestras vacas se alimentan de la riqueza natural que les rodea, brindando leche de la más alta calidad. Cada gota es un tributo a la pureza de nuestra región. En cada sorbo, sentirás el frescor de los pastos y la dedicación de generaciones de agricultores, transformando la leche en un tesoro local que deleita paladares y nutre corazones.
En el corazón de nuestras comunidades florecen las hortalizas de proximidad, un tesoro cultivado a pocos pasos de nuestros hogares. Estas verduras frescas y crujientes no solo nutren nuestros cuerpos, sino que también fortalecen los lazos locales y promueven la sostenibilidad. Al ser cultivadas en las proximidades, estas hortalizas viajan distancias mínimas desde el campo hasta nuestra mesa
Nos encanta recibir ofertas locales o de proximidad.
Vereda Chaleche, Guatavita, Cundinamarca, Colombia
Varsovia, taller, cocina, restaurante
Vereda Chaleche, Guatavita, Cundinamarca, Colombia
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